


LLegando a casa (en Santiago), después de unas largas vacaciones en San Carlos, me di cuenta que los santiaguinos somos muy desconfiado, y creo que con razón; y que este acto, incloso, lo llevamos al ir a otras regiones; pensando siempre en que se quieren aprovechar de nosotros.
He de confesar que esto me pasó cuando acompañé a mis primos a entregar ayuda, tras una invitación que ellos me hicieron. Antes que nada debo destacar la labor de ellos, mis primos y amigos, de que con esfuerzo consiguieron alimentos, ropa, etc para llevar a quienes lo necesitan.
Buenos ellos iban con la fe de que la gente necesitaba la ayuda y que la gente es agradecida, no como yo pensaba, por mis experiencia santiaguinas, en que la gentre exige, reclama, lucra o reparte injustamente la ayuda cuando se le entrega..... y es ahí donde la gente de MELA, en general, la gente del Sur me sorprendio, tapó la boca.... porque aunque hubiese recibido un poco de ayuda antes que nosotros y fuera gente de esfuerzo, humilde, pobre, siempre estaba agradecida y queriendo que sus vecinos también fuesen ayudados; diciendo "mi vecino necesita más que yo, su casa quedó más destruída o... ella tiene más niños"... Eso me llenó de orgullo, de pena.
Perdón por haber desconfiado y gracias a las personas que me llevaron y quisieron compartir tan bonita experiencia conmigo